Alguien dijo lo que yo vengo diciendo. De alguna manera, el "¿Y por qué Adán no dijo no?" que denomina a este blog.
Fue Gioconda Belli, acá, acá: http://www.lanacion.com.ar/1739489-gioconda-belli-queria-sacar-a-la-menopausia-del-closet-no-es-el-fin
"Siempre me pareció bastante machista echarle la culpa a Eva de la salida del paraíso. El infinito en la palma de la mano fue como una reelaboración de la historia de Adán y Eva. La historia de qué pasó cuando los echaron del paraíso; de la humanización de estos dos seres que son expulsados de una situación de perfección y comodidad, y tienen que aprender a ser seres humanos. Hasta ese momento eran más bien como ángeles. Mi idea era reivindicar el papel de Eva y cambiar esa visión de la seductora, la que hace que Adán peque y pierda el paraíso terrenal. Es una visión feminista."
Ja. Me emocioné. Alguien más pensaba esto y yo no lo sabía.
Si tan importante era vivir como ángeles, el muy bobo no tenía más que negarse. Al fin y al cabo, somos el sexo débil, ¿cómo fue que todo un señor cayó tan fácilmente en la trampa?
Creo que voy a seguir con este blog. Me hace falta para darle cauce a tantas emociones que me desbordan en esta etapa de mi vida que se inicia: la tan temida ¿y temible? menopausia. A la mierda, lo escribí y no me cayó ningún rayo.
viernes, 31 de octubre de 2014
viernes, 9 de julio de 2010
Resistencias
La polémica está instalada, y los nervios de muchos, crispados. La mera posibilidad de que dos personas del mismo sexo puedan conseguir el estatus legal que otorga el matrimonio deja entrever que hay muchos más prejuicios de los que pensábamos, que no somos taaan civilizados como creíamos.
Es muy habitual escuchar gente que dice "no me fijo en lo que hacen los demás", "cada uno hace lo que quiere". Habría que ver cuánta de esta gente que no se fija en las elecciones que hacen los otros de verdad soporta algunas de ellas.
Hay, por un lado, una sociedad que se llama a sí misma civilizada y tolerante, y por otro lado, gente (mucha) que piensa que la sola existencia de una ley bastará para que sus hijos hagan una "elección equivocada".
Porque, por supuesto, hay que pensar en los niños. Cuánta hipocresía, por favor.
Como si los niños pudieran vivir en una nube de algodón y sin sexo ni sexualidad toda su vida. Como si los niños no tuvieran derecho a pensar distinto que sus padres el día que crezcan. Como si los niños fueran una entidad ajena a la sociedad, a la que hay que preservar quién sabe de qué males.
Los males de los que habría que preservar a muchos niños están constituidos por sus propios padres y madres, que no saben educar con amor, respeto y tolerancia hacia el prójimo. Creo que ya tuvimos suficiente de eso.
Creo que la ley (no sé, no la leí) no me obliga a casarme con una mujer, ni me obliga a asistir al casamiento o a pensar en un regalo para los novios ni a convivir con ellos; ni siquiera me sugiere que debería ir a a tirarles arroz al registro civil.
Lo que sí sugiere es la posibilidad de evolucionar para mejor, y da un paso en pos del respeto y la tolerancia hacia "el otro" o "lo otro" (oh, esa monstruosidad) de los cuales muchos carecen.
Déjense de joder, por favor.
Es muy habitual escuchar gente que dice "no me fijo en lo que hacen los demás", "cada uno hace lo que quiere". Habría que ver cuánta de esta gente que no se fija en las elecciones que hacen los otros de verdad soporta algunas de ellas.
Hay, por un lado, una sociedad que se llama a sí misma civilizada y tolerante, y por otro lado, gente (mucha) que piensa que la sola existencia de una ley bastará para que sus hijos hagan una "elección equivocada".
Porque, por supuesto, hay que pensar en los niños. Cuánta hipocresía, por favor.
Como si los niños pudieran vivir en una nube de algodón y sin sexo ni sexualidad toda su vida. Como si los niños no tuvieran derecho a pensar distinto que sus padres el día que crezcan. Como si los niños fueran una entidad ajena a la sociedad, a la que hay que preservar quién sabe de qué males.
Los males de los que habría que preservar a muchos niños están constituidos por sus propios padres y madres, que no saben educar con amor, respeto y tolerancia hacia el prójimo. Creo que ya tuvimos suficiente de eso.
Creo que la ley (no sé, no la leí) no me obliga a casarme con una mujer, ni me obliga a asistir al casamiento o a pensar en un regalo para los novios ni a convivir con ellos; ni siquiera me sugiere que debería ir a a tirarles arroz al registro civil.
Lo que sí sugiere es la posibilidad de evolucionar para mejor, y da un paso en pos del respeto y la tolerancia hacia "el otro" o "lo otro" (oh, esa monstruosidad) de los cuales muchos carecen.
Déjense de joder, por favor.
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lunes, 29 de marzo de 2010
Casos reales
S. está separada y tiene tres hijos. Para mantenerlos, trabaja limpiando oficinas y casas, y tiene una relación (nada serio, todavía) con un chico al que conoció en un boliche hace unos meses.
Queda embarazada, pero ya no quiere tener más hijos, con los tres que tiene, tiene suficiente para alegrarse la vida, y trabajo para rato.
Decide hacerse un aborto, y pide plata prestada para pagar lo que para ella es mucho dinero. Pero algo sale mal, y termina en el hospital.
S. relata cómo la maltrataron mientras la atendían en la guardia una médica y una enfermera:
- Así que quedaste embarazada y no lo querías tener. Lo tendrías que haber pensado antes, querida...
- En el momento que lo hiciste te gustó, ¿verdad? Y ahora venís con el problema acá.
S. tiene dignidad, y sabe responder:
- Vos tenés la obligación de atenderme, así que si no me querés atender, firmame el alta y atenete a las consecuencias, porque te voy a denunciar. Además, tendrías que pensar un poco más, y darte cuenta de que sos una mujer igual que yo, y que lo que me pasa a mi, podría pasarte a vos.
Inmediatamente le diagnosticaron una infección, la medicaron y quedó internada por unos días.
Otro caso real:
Después del parto, el médico descubre en la paciente un desgarro en el cuello del útero. Como no hay anestesista de guardia y esperarlo podría significar un riesgo importante para ella, el médico le explica que deberá coser sin anestesia, que le va a doler, pero que es sólo un ratito, y que tendrá que tratar de aguantar.
La paciente llora, porque el dolor es mucho.
La partera, ni lerda ni perezosa, grita:
- ¿No te podés callar? ¿No ves que el doctor no puede concentrarse?
- A vos no te está doliendo -contesta la paciente-. Así que dejame llorar en paz, porque me estoy quedando quieta.
El médico (aun sin tener ni siquiera la posibilidad más remota de sufrir el dolor que sufre su paciente, por un simple hecho: es hombre, ergo, no tiene útero) mira a la partera y le dice:
- Ya podés retirarte, no te necesito más por ahora, muchas gracias por todo.
¿Por qué tenemos que bancarnos estas cosas?
Algunas mujeres deberían ser un poquito más solidarias con sus pares, ¿no? Digo, ya que nos quejamos tanto de cómo nos tratan algunos hombres, sería bueno reflexionar un poco cómo nos tratamos entre nosotras...
También me pregunto qué pasa con las que, frente a abusos tan evidentes como estos, no saben qué decir, o son muy tímidas o temerosas. ¿Se tendrán que dejar pisar la cabeza?
Queda embarazada, pero ya no quiere tener más hijos, con los tres que tiene, tiene suficiente para alegrarse la vida, y trabajo para rato.
Decide hacerse un aborto, y pide plata prestada para pagar lo que para ella es mucho dinero. Pero algo sale mal, y termina en el hospital.
S. relata cómo la maltrataron mientras la atendían en la guardia una médica y una enfermera:
- Así que quedaste embarazada y no lo querías tener. Lo tendrías que haber pensado antes, querida...
- En el momento que lo hiciste te gustó, ¿verdad? Y ahora venís con el problema acá.
S. tiene dignidad, y sabe responder:
- Vos tenés la obligación de atenderme, así que si no me querés atender, firmame el alta y atenete a las consecuencias, porque te voy a denunciar. Además, tendrías que pensar un poco más, y darte cuenta de que sos una mujer igual que yo, y que lo que me pasa a mi, podría pasarte a vos.
Inmediatamente le diagnosticaron una infección, la medicaron y quedó internada por unos días.
Otro caso real:
Después del parto, el médico descubre en la paciente un desgarro en el cuello del útero. Como no hay anestesista de guardia y esperarlo podría significar un riesgo importante para ella, el médico le explica que deberá coser sin anestesia, que le va a doler, pero que es sólo un ratito, y que tendrá que tratar de aguantar.
La paciente llora, porque el dolor es mucho.
La partera, ni lerda ni perezosa, grita:
- ¿No te podés callar? ¿No ves que el doctor no puede concentrarse?
- A vos no te está doliendo -contesta la paciente-. Así que dejame llorar en paz, porque me estoy quedando quieta.
El médico (aun sin tener ni siquiera la posibilidad más remota de sufrir el dolor que sufre su paciente, por un simple hecho: es hombre, ergo, no tiene útero) mira a la partera y le dice:
- Ya podés retirarte, no te necesito más por ahora, muchas gracias por todo.
¿Por qué tenemos que bancarnos estas cosas?
Algunas mujeres deberían ser un poquito más solidarias con sus pares, ¿no? Digo, ya que nos quejamos tanto de cómo nos tratan algunos hombres, sería bueno reflexionar un poco cómo nos tratamos entre nosotras...
También me pregunto qué pasa con las que, frente a abusos tan evidentes como estos, no saben qué decir, o son muy tímidas o temerosas. ¿Se tendrán que dejar pisar la cabeza?
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domingo, 21 de marzo de 2010
Aborto seguro y gratuito
Para quienes no leyeron Página/12 de hoy, les cuento: hay un sitio de Internet que ofrece ayuda para aquellas que quieren realizar un aborto con medicamentos. Se trata de www.womenonweb.org
Desde este lugar no sólo ofrecen consejos para realizar un aborto seguro, sin intervención quirúrgica, sino que proveen también las drogas necesarias (una de las cuales no está autorizada en nuestro país, pero sí en EEUU y Europa), que son enviadas por correo al domicilio de la interesada.
El aborto practicado a AG, la chica violada por su padrastro, fue realizado de esta manera.
Desde este lugar no sólo ofrecen consejos para realizar un aborto seguro, sin intervención quirúrgica, sino que proveen también las drogas necesarias (una de las cuales no está autorizada en nuestro país, pero sí en EEUU y Europa), que son enviadas por correo al domicilio de la interesada.
El aborto practicado a AG, la chica violada por su padrastro, fue realizado de esta manera.
jueves, 18 de marzo de 2010
Sincericidios
De todos los "remedios para el alma" que proponen los malos libros de autoayuda (y los autodenominados buenos, que también son malos), el sincericidio es el que mejor se te da.
Cada tanto cometés uno; y, tal como esos asesinos seriales que no pueden dejar de matar, lo que se te complica es no decir algunas verdades. No hablo de verdades de esas que implican a otro y que se dicen para que duelan (del tipo "estás más gorda" o "ese vestido te queda horrible"), sino de esas que, por decirlas, la mayor perjudicada (o beneficiada, hay que decirlo) sos vos. Por eso hablo de verdades. Aunque vayan cambiando, son verdades para vos. Si se refieren a otro, son simplemente opiniones.
Cuando tenés algo para decir... iba a decir "no medís", pero sí que medís; aunque de manera escasamente objetiva. Antes de decir, escribir, hacer, medís únicamente los pro. Una vez que dijiste, escribiste, hiciste, todos los contras vienen a tu cabeza, y ahí es cuando pensás "y ahora cómo me hamaco aquí".
Dicen que no hay que quedarse sin decir las cosas: la muerte es para siempre o por mucho tiempo, o no lo sabemos, o si volvemos, difícilmente recordemos que estuvimos aquí alguna vez. Tal vez por eso (quién te dice, en otra vida fuiste calladita y recatada), ahora te toca decir lo que tenés ganas de decir, hacer lo que tenés ganas de hacer y difícilmente ir en contra de lo que creés y pensás.
Pensándolo bien, no siempre fuiste así, quizás esas otras vidas están en esta, quizás esas mutaciones marcan muertes y nacimientos y nuevas muertes y así.
Cada tanto cometés uno; y, tal como esos asesinos seriales que no pueden dejar de matar, lo que se te complica es no decir algunas verdades. No hablo de verdades de esas que implican a otro y que se dicen para que duelan (del tipo "estás más gorda" o "ese vestido te queda horrible"), sino de esas que, por decirlas, la mayor perjudicada (o beneficiada, hay que decirlo) sos vos. Por eso hablo de verdades. Aunque vayan cambiando, son verdades para vos. Si se refieren a otro, son simplemente opiniones.
Cuando tenés algo para decir... iba a decir "no medís", pero sí que medís; aunque de manera escasamente objetiva. Antes de decir, escribir, hacer, medís únicamente los pro. Una vez que dijiste, escribiste, hiciste, todos los contras vienen a tu cabeza, y ahí es cuando pensás "y ahora cómo me hamaco aquí".
Dicen que no hay que quedarse sin decir las cosas: la muerte es para siempre o por mucho tiempo, o no lo sabemos, o si volvemos, difícilmente recordemos que estuvimos aquí alguna vez. Tal vez por eso (quién te dice, en otra vida fuiste calladita y recatada), ahora te toca decir lo que tenés ganas de decir, hacer lo que tenés ganas de hacer y difícilmente ir en contra de lo que creés y pensás.
Pensándolo bien, no siempre fuiste así, quizás esas otras vidas están en esta, quizás esas mutaciones marcan muertes y nacimientos y nuevas muertes y así.
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lunes, 15 de marzo de 2010
Se trata de todas
Una recomendación: Se TRATA de nosotras. La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. En esta compilación, diversos especialistas abordan este tema delicadísimo desde distintas perspectivas y especialidades.
Todavía no terminé de leerlo pero desde ya les cuento que es muy interesante, justamente porque en este libro no hay "una respuesta" al tema. Hay opiniones, puntos de vista, propuestas. Hay un intento por comprenderlo. Y hay, también, un intento por conmovernos.
Por ejemplo, tomo uno de los párrafos que señalé, y que habla de la supuesta "necesidad" de que haya prostitutas, teniendo en cuenta que el deseo del varón tiene que ser saciado sí o sí para evitar, por ejemplo, delitos graves como el de violación:
"La sexualidad masculina a la que se le atribuye el carácter de apremiante, inaplazable, es, en el imaginario social, uno de los motivos que justifica el prostituir a las mujeres. Pero en realidad es el deseo de dominio, cuando está sexualizado, lo que produce en muchos hombres la práctica prostituidora".
¡Cuánto prejuicio con estos temas! Y cuánta necesidad de hablar. De esto, de la -desgraciadamente- habitual complicidad del poder político, de la policía, del poder judicial.
Cuando leés de cuánta plata estamos hablando, te das cuenta del porqué de esas complicidades:
"Se estima que este delito arroja ganancias por encima de los 10 millones de dólares anuales".
Entonces, también, se entiende por qué... "El Fondo de Población de Naciones Unidas (...) estima en 4 millones la cifra de mujeres incorporadas anualmente a la prostitución, esclavitud o matrimonio forzado, y en 2 millones las niñas para explotación sexual (con sus diferentes facetas: producción de pornografía, turismo sexual, esposas por catálogo, etc.)".
Acá pueden leer un reportaje a sus editoras, Las Juanas, y también aparece la data para conseguir un ejemplar.
Todavía no terminé de leerlo pero desde ya les cuento que es muy interesante, justamente porque en este libro no hay "una respuesta" al tema. Hay opiniones, puntos de vista, propuestas. Hay un intento por comprenderlo. Y hay, también, un intento por conmovernos.
Por ejemplo, tomo uno de los párrafos que señalé, y que habla de la supuesta "necesidad" de que haya prostitutas, teniendo en cuenta que el deseo del varón tiene que ser saciado sí o sí para evitar, por ejemplo, delitos graves como el de violación:
"La sexualidad masculina a la que se le atribuye el carácter de apremiante, inaplazable, es, en el imaginario social, uno de los motivos que justifica el prostituir a las mujeres. Pero en realidad es el deseo de dominio, cuando está sexualizado, lo que produce en muchos hombres la práctica prostituidora".
¡Cuánto prejuicio con estos temas! Y cuánta necesidad de hablar. De esto, de la -desgraciadamente- habitual complicidad del poder político, de la policía, del poder judicial.
Cuando leés de cuánta plata estamos hablando, te das cuenta del porqué de esas complicidades:
"Se estima que este delito arroja ganancias por encima de los 10 millones de dólares anuales".
Entonces, también, se entiende por qué... "El Fondo de Población de Naciones Unidas (...) estima en 4 millones la cifra de mujeres incorporadas anualmente a la prostitución, esclavitud o matrimonio forzado, y en 2 millones las niñas para explotación sexual (con sus diferentes facetas: producción de pornografía, turismo sexual, esposas por catálogo, etc.)".
Acá pueden leer un reportaje a sus editoras, Las Juanas, y también aparece la data para conseguir un ejemplar.
lunes, 8 de marzo de 2010
Mujeres
Por Nicanor Parra
La mujer imposible,
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
(Porque le encanta la música clásica),
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor,
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja poseer
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que sólo se une con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo),
La mujer que se entrega porque sí,
Porque la soledad, porque el olvido...
La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señora pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo),
Todas estas walkirias,
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.
Y, sí, los sacamos de quicio, qué le vamos a hacer.
Seguir sacándolos...
Besos, mujeres, y feliz día.
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
(Porque le encanta la música clásica),
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor,
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja poseer
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que sólo se une con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo),
La mujer que se entrega porque sí,
Porque la soledad, porque el olvido...
La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señora pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo),
Todas estas walkirias,
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.
Y, sí, los sacamos de quicio, qué le vamos a hacer.
Seguir sacándolos...
Besos, mujeres, y feliz día.
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