lunes, 28 de diciembre de 2009

Ciudad de pobres corazones.

La canción que más me gustaba de Fito Páez, haciendo un poco de reflexión sobre el año que se termina, la cantidad de somatizaciones de gente que conozco y me rodea en nombre de...a esta altura del año no doy más...La manera obscena en la que se cocina y se toma hoy como si se terminara el mundo y no, no se termina el mundo, es sólo el año. Miro como si de una película se tratara, los parientes que se besan con buenos deseos mientras durante el año se cagan a la primera oportunidad, escuché a un par de judíos decir...feliz navidad... y hasta brindar morfando pan dulce; escuché a ateos celebrarla así que se trata de un fiesta hipócrita, claro que no he descubierto el hilo negro con esto pero...pero...a mí la navidad siempre me hizo mucha ilusión, preparar los regalos, ver la cara de satisfacción del regalado, la excusa perfecta para pintar la casa y adornarla con colores en un juego infantil que me está permitido como buena adulta con alma de adolescente, no de niña si no, sería más fácil entenderme.

Y hablando de Fito, me arruinó el poco espíritu navideño que junté, cada vez más pibas, cada vez más hermosas, qué querés que te diga, a mí me hace sentir como un viejo costal celulítico y sin ánimo de nada. ¡Viva Demi Moore!

jueves, 24 de diciembre de 2009

Felicidades

No es fácil la vida, muchacha, por más que hayas recorrido un largo camino.

No es fácil, pero ahí estamos, "tratando de crecer, y no de sentar cabeza".

Por más que parezca que nunca dejamos nunca de ser Eva, la expulsada del paraíso, todos los días hacemos grandes esfuerzos: trabajamos, criamos hijos, tratamos de tener una pareja, amigos, amigas. Muchas somos madres solteras, o abandonadas, o separadas. A muchas de nosotras nuestros ex no nos pasan un mango, y tratamos de sobrellevarlo de la mejor manera posible: somos camareras, costureras, profesionales. Lo que sea para que no les falte nada a nuestros hijos, para poder arreglar algo en la casa, irnos de vacaciones o comprarnos "ese" vestido...

A todas las Evas, a las que se dan cuenta de la fuerza que tienen y a las que no; a las que iniciaron el largo camino de la independencia y a las que dudan, y también a las que no se dieron cuenta de la fuerza que guardan (ya lo harán); a todas, les deseamos un hermoso fin de año y un excelente comienzo de 2010.

¡Chin chin!

domingo, 20 de diciembre de 2009

El manipulador y tus amigas

A muchas nos ha pasado eso de tener una relación con un manipulador.

Si ningún tipo es fácil, éste tipo de tipos lo es mucho menos, justamente porque es de los que necesitan dirigir la vida de los demás. A veces la de los amigos, a veces la de los padres, muchas veces la de sus empleados, pero siempre, siempre, tratarán de guiar (y no precisamente por la buena senda) la vida de la pareja y de sus hijos, si los tienen.

Una de las mayores broncas de todo manipulador es el espacio personal que su pareja pueda tener; y entre estos, el más importante es el que las mujeres tenemos con nuestras amigas.

El manipulador tratará por todos los medios de que su pareja quede lo más sola posible. Es muy común que todo comience con "A ésta no me la banco", o "Pero mirá cómo se viste", o "¿Qué? ¿con un novio nuevo? Esta es una loca". No es nada raro que la mujer entonces decida ver menos a sus amigas, por uno u otro motivo, y se vaya quedando cada vez más sola.

¿Por qué esa obsesión con las amistades?

La persona más fácilmente manejable es la que está sola. Las reuniones de amigas son un "peligro" para el manipulador, justamente porque los vínculos de amistad que generamos las mujeres son, en general, muy profundos. Solemos ser muy abiertas, sensibles, y tendemos a contarnos "todo". En ese todo (el manejador lo sabe muy bien) entran, por supuesto, los problemas de pareja.

Por eso es muy común que, frente a cualquier discusión, estos hombres respondan "seguro que te estuvieron llenando la cabeza". Estos comentarios, mezclados con una pizca de inseguridad son, para una mujer, un cóctel explosivo. ¿Quién tiene razón? ¿El hombre que elegí o las amigas (que también elegí)?

Nadie está del todo a salvo, porque inseguridades tenemos todos. El manipulador no es un tipo que la "tenga clara"; al contrario: suelen ser muy inseguros, por eso no soportan casi ningún tipo de planteos y se niegan a escuchar razones cuando, cualquiera sea la discusión de que se trate, están convencidos de tener, justamente, toda la razón.

No hay que confundir "el amor" con "entrega absoluta" de tiempo y espacio. Ni a un hombre, ni a una amiga, ni a un trabajo, ni a la casa, ni a nada. Una persona completa es la que puede diversificarse, enriquecerse con distintas actividades y también, por supuesto, con gente que la rodea. 

Es muy triste cuando estas mujeres "deciden elegir" a un hombre y nada más. Aquí reside el poder del manipulador: en saber que la mujer se quedó "sin redes". Una vez conseguido eso, es muy fácil para estos hombres continuar con su trabajo de araña. La única red, la única salvación, el único que está es él. Difícil, entonces, que la mujer tenga plena libertad para decidir, llegado el caso, si quiere seguir con él o no.

Todo, o casi todo, es cuestión de saber, querer y proponernos seriamente defender nuestro espacio.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Valor

Que somos lo que valemos, que valemos lo que creemos valer, que tenemos que aprender a valorar nuestros esfuerzos y a nosotras mismas, que...

Puro cuento de autoayuda. Pero, hay que decirlo, es bien cierto.

La cosa es ¿cuánto vale hacernos valer? Y, ya que estoy desvelada, doy vuelta la pregunta: ¿cuál es el costo que pagamos por no hacernos valer?

A la hora de decidir algo (lo que sea) se ponen en juego distintos miedos: a enfrentarnos al otro, a un fracaso, a lo que vendrá, a lo que no vendrá, a soltarnos de la mano de lo conocido, a encarar lo "por conocer". También, ¿quién te dice? está el miedo a ser mejores, porque, como se supone que no hay vuelta atrás para algunas cosas, también suponemos que si avanzamos un paso nunca más podremos retroceder. Entonces, si somos mejores, tenemos la obligación de serlo todavía más, mañana o pasado.

¿Quién lo dice? ¿La sociedad?, ¿la familia?, ¿la tele?, ¿uno mismo?, ¿todo eso junto?

¿Es que hay, sí o sí, que avanzar todo el tiempo? No lo sé.

La cosa es probarse y probarnos que podemos cambiar, que podemos hacer y deshacer, que para quietud están la muerte o la desesperanza.

Por el momento, la espera. Pero también, es época de balances; y ¿por qué no, de una buena vez? de año nuevo, vida nueva. Es el momento de abrir caminos, en realidad, todo el tiempo es tiempo de abrir nuevas sendas.

Cada vez que sentimos que nos estancamos, que caímos en la excesiva tranquilidad que nos da la rutina.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Exigimos dignidad

Leo esto en un informe de Amnistía Internacional:

"Cada año, más de medio millon de mujeres -una por minuto- mueren innecesariamente debido a complicaciones derivadas del embarazo y el parto. La mayoría de estas muertes podrían haberse evitado ofreciendo en el momento necesario atención médica de alta calidad, accesible y asequible".

"La pobreza no es natural, inevitable o accidental".

No se trata de mirar hacia otro lado, la pobreza está ahí, rozándonos los talones.

No se trata de "pobres habrá siempre", como dijo alguna vez un innombrable.







Se trata de mirar de frente a estos problemas, de buscarles solución, de hablar de ellos. Y, sobre todo, de luchar contra razonamientos arcaicos que buscan mantenernos en una posición pasiva respecto de nuestro propio cuerpo y nuestras propias expectativas de vida.


No es la iglesia católica la única institución que hace gala de su característico anacronismo con respecto a algunas cuestiones: los gobiernos y los medios de información que aceptan, avalan y difunden sus declaraciones como si fueran verdades universales también son culpables de que en este momento una mujer esté muriendo por causas absolutamente evitables.






Sumate a esta campaña, exigí dignidad.

Acá podés firmar una carta dirigida a la Presidente de la Nación, para que se declare contra la violencia hacia las mujeres.