jueves, 29 de octubre de 2009

Letras

Por medio de la presente solicito a mis compañeras y lectores que,sean tan amables de revolearme un buen cascotazo por los horrores ortográficos y gramaticales de mi post anterior sobre las brujas.
Pido humildemente disculpas y no tengo justificativos, no se me ocurre nada en verdad sino más bien las razones válidas como el apuro, el cansancio, porque ello va en detrimento del hacer de mis compañeras de blog, a quienes agradezco su paciencia y su buena onda. Quise dejarles este poema de Pablo Neruda que habla de nosotras. Quisiera ser así o que alguien me viera así. Benditas sean las musas de los artistas.

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

Pablo Neruda

miércoles, 28 de octubre de 2009

Suspendido

Durante un tiempo, indefinido para mí, no seguiré escribiendo en este blog, tampoco en el mío ni en el de la Curupisa.
Pido disculpas a las chicas con quienes comparto este tan nuevito y lindo espacio donde nos expresamos desde la femeneidad, como la vivimos, sufrimos y pensamos nosotras.
Les dejo un abrazo enorme a todos.

viernes, 23 de octubre de 2009

¿Cuántas horas tiene tu día?

"Cuando me levanto temprano a la mañana me cebo unos mates y riego las plantas..."

Ah, sí, doña, vea: cuando me levanto temprano a la mañana, me voy a correr. Cuando vuelvo, mientras me ducho, el criaturo se levanta y pone la pava para tomar mate.

Unas tostadas con queso blanco y mermelada dietética y un jugo de naranjas completan el desayuno.

Una vez listos, partimos hacia un nuevo día; el mío, de trabajo, el criaturo parte en tren al conservatorio.

En el trabajo, ay, como todos los días, me esperan nuevas tareas y un jefe que es un sol: cada día es un nuevo desafío.

Enfrento cada tarea con una sonrisa, y a media mañana me tomo un Actimel.




Llegado el mediodía (ay, esa pancita, que pide algo rico, riquísimo, para el almuerzo...) me voy preparando para irme a casa: me espera un almuerzo rico en proteínas y bajo en hidratos de carbono: tres veces por semana, pescado; dos veces por semana, carne, alguna vez cometo una picardía y puede ser que coma pastas, si no, ensaladas. Todo bien regadito con agua mineral. De postre: una fruta de estación.

Durante el día, entre el gimnasio, el té con alguna amiga, algunas veces el cine, la verdad, no me queda mucho tiempo para amargarme. La vida es bella, señora, y si usted piensa lo contrario, es que le falta una buena dosis de... Pilates.

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Cuando me levanto temprano a la mañana, apenas con el tiempo justo para tomar dos mates y vestirme (el peinado es cada vez más "decontracteé"), con suerte no me llevo al gato en lugar de la cartera y, con suerte también, las dos medias corresponden al mismo par.

Mi jefe no es más que... mi jefe.

Hago el trabajo de tres personas por el salario de media; y cuando llega el mediodía, de casualidad no pienso en comerme un buey asado (entero).
Cuando llego a mi casa (no, hoy no tuve que ir al súper...), cargo un lavarropas, cuelgo la ropa que me quedó de ayer, barro, paso el trapo de piso, apoyo el trasero en la silla frente a la computadora... y sigo trabajando.

A veces, una siesta, porque hay que seguir: la cena va a ser tarde, criaturo mayor llega a cualquier hora y no me dan ganas de hacer dos turnos de comida. Podría comer solo, sí, pero entonces ni nos vemos.

Qué distinta es la vida real de la publicidad, ¿no?
La idea de la energía que no se termina nunca, el estereotipo de la mina-que-hace-de-todo-con-mucho-placer, la verdad, me harta. Parece que no tuviéramos derecho a sentirnos cansadas: siempre tenemos que poder, tener ganas de (completar como más te guste: jugar con los chicos, hacer el amor, ir al gimnasio, trabajar, limpiar...)... todo con una cara de felicidad que no se parece en nada a la mía cuando tengo que hacer tantas cosas.

Decí que la vida sí es bella, que si no, no me levanto más. Lo único que le faltaba, con el quilombo que es, es que fuera espantosa.

¿Cuántas horas tiene tu día?

miércoles, 21 de octubre de 2009

Liberación femenina...


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La mujer desde que existe como ser vivo (?), viene bregando por ser considerada un ser humano como cualquier otro.

Es así que sobreviviendo a las intenciones de aquellos que por todos los medios han querido acallar nuestra voz, la voz femenina... solo han logrado que se bajara un poco el volumen.
Postergando a la mujer, mancillando su honor, ridiculizando su imagen y tantos otros medios inútiles, no han podido hacer demasiado.

Como si se tratara de un sistema metódico, acallar a la mujer en sus necesidades y reclamos siempre fue la finalidad concreta, pero los siglos vieron surgir desde las mujeres la necesidad de hacer oír su voz y salir a demostrar que no solo eran seres que debían cumplir las tareas que los hombres disponían.
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El acceso a la instrucción, el derecho a estudiar y el poder llevar adelante vocaciones, hasta hace un siglo -o tal vez menos- fueron cuestiones que no admitían la presencia de la mujer.
¿Cuántas mujeres fueron muertas por no obedecer los mandatos impuestos?...

Pero habiendo transcurrido mucha historia y tras la 2º Guerra Mundial -más de la mitad del siglo XX-, muchas féminas se cansaron de tanta espera, de tanto insulto gratuito, de tanto espacio perdido, de tanto pedido de limosna por derechos inalienables... se cansaron de tanta idiotez.
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Entonces, a puro grito de libertad, salieron a revolear sus corpiños como señal de que nada las "aprisionaría", que nada las tendría "comprimidas" en su pensar.
A la par, la píldora anticonceptiva ya se comercializaba como un nuevo derecho adquirido, bajo la desaprobadora mirada de la iglesia, que poco venía haciendo por entender a las mujeres... (?).

Con esta particularidad los años 60 fueron unos de los últimos donde la sociedad pudo ser testigo de un gran grito, el que reclamaba espacios, libertades... reconocimiento.
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Hoy, a casi 50 años de ese momento histórico, los principales objetivos siguen siendo los mismos, el derecho al voto y a ser elegidas, la mejora de la educación, la apertura de nuevos horizontes laborales, la no subordinación de la mujer en las tareas domésticas en el hogar, mayor control sobre su sexualidad y varios más...

Tras siglos de historia donde hemos sido culpadas de brujería, criticadas, desaprobadas, reprobadas, reprochadas, vituperadas, calumniadas, condenadas, discriminadas, denostadas y asesinadas... va siendo hora de que la vida de la mujer sea considerada y respetada.

Sobre todo, para no tener que seguir elevando el volumen de nuestra voz -ese detalle que tanto les molesta a los hombres- solo para ser tenidas en cuenta...
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domingo, 18 de octubre de 2009

Piropeame un cachito...

Abrujandradespeinada me hizo pensar en eso. ¡Qué lindos son los piropos!

De verdad, no me importa una nada que lo que me dice un hombre sea verdad o mentira al momento de piropearme, solo me interesa que me haya dedicado el ratito (y el galanteo, obvio).




Más allá de las guasadas que una se acostumbra a escuchar en su paso por la ciudad, hay piropos que nos emocionan, que nos hacen sentir únicas, que nos inducen a enamorarnos (aunque sea por un momento) del hombre que nos lo dijo. ¿O me equivoco y soy la única tarada a la que se le escapan los ojos detrás del piropeador de turno?




Cuando me piropean lindo, regalo una sonrisa.

También hay miradas que son piropos, y que no solo están dedicadas a nuestras partes más carnosas, hay que decirlo. Hay hombres que miran a los ojos directamente y que dedican una sonrisa cuando, finalmente, y ante la insistencia, accedemos a mirarlos. Ah, sí, porque nos hacemos las exquisitas, ¿eh? En eso, cuando queremos, no hay quien nos gane.

A medida que pasa el tiempo y vamos madurando, las mujeres recibimos más piropos "de mirada" que de palabra. Quienes nos dedican el vistazo halagador son, también, hombres maduros que, tal vez por miedo o por vergüenza, ya no se animan a pronunciar el halago (una pena, de verdad). Pero no dejan de mirar.

Sépanlo, hombres, eso es bueno, queremos eso, queremos que nos miren, nos encanta que nos piropeen.

En este link, ¡¡piropos geek!!

Eso sí, ni se te ocurra mirar a otra si estás conmigo, porque te parto el sifón en la cabeza.

A mi me dijeron una vez un piropo del que no me voy a olvidar mientras viva (o mientras huya de las garras del Alzheimer):

"Sos un poema de Neruda hecho realidad".

Contanos en tu comentario cuál fue el piropo más lindo que te dijeron, dale.

Es una manera de agradecer a quien te lo dijo.

¡Feliz día a todas las que nos animamos a traer hijos al mundo (que no es poco, doña)!

Exijamos, hoy, un piropazo.

viernes, 16 de octubre de 2009

¿Me gusta ser mujer?

Pensando en cómo sería si fuera hombre tantas ocasiones en las que una desearía serlo, me lo planteé seriamente y no sólo cuando hay que depilarse, maquillarse, ponerse tacos, la menstruación, los partos, las revisaciones ginecológicas y sobre todo, a una edad en que la "panza" a nosotras no se nos perdona y a ellos los hace ver de una belleza madura aún potable mientras una sale inexorablemente por el tubo de la salida de carrera, ya está todo caído.
Copiando a Ana María Shua diría que, "si fuera hombre lo primero que haría sería dejarme crecer la barba" y olvidar para siempre hasta las maquinitas de afeitar. Calculando que yo fuera hombre no de nacimiento claro.
Sería un gran piropeador, les diría piropos lindos a todas y a las feas también.
Jamás miraría fútbol ni jugaría al truco. Sería fiel, divertido y siempre sorprendería a mi esposa con cosas agradables porque eso me divertiría a mí también.
Siempre llevaría flores a la casa para ponerlas como centro de mesa mientras comemos en familia.
Sería un excelente padre, responsable, amoroso, juguetón.
Me bañaría todos los días.
A mi esposa le preguntaría, cada vez que la vea triste, "¿qué te pasa?" hasta que deje de contestar "nada" y pueda contarme con libertad lo que siente para poder ayudarla.
Todos los días le preguntaría "¿qué tal tu día?".
Conseguirse una esposa es fundamental dada la utilidad que tienen, son funcionales y muchas veces, con dos palmadas en la espalda hacen que el mundo gire.
Después de todo, soy mujer por alguna razón y me gusta.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Humoradas...

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Él: –No sé por qué usás corpiño, no tenés nada que poner en él…
Ella: –Vos usás calzoncillos… ¿no?
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Él: -Vos me amás solo porque mi padre me dejó una fortuna!!!
Ella: -No querido, yo te amaría sin importar quien te la haya dejado!!!
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Ella: -¿Cómo es que venís a casa medio borracho?
Él: -No es mi culpa… se me acabó el dinero.
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Él: -¡¡Cinco centímetros más y sería un rey!!
Ella: -Cinco centímetros menos ¡¡y serías una reina!!
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Escrito en la pared de un baño de damas:
“Mi esposo me sigue a todas partes”
Debajo:
“No es cierto, no lo hago”
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Él: -salgamos a divertirnos esta noche…
Ella: -Buena idea, el que llegue primero ¡¡deja la luz de la entrada encendida!!
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Él: -¿Ensayamos una posición diferente esta noche?
Ella: -¡¡Buena idea!!… vos te parás al lado de la mesa de planchar y yo me siento en el sofá a ver televisión.
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Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina, sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener sin ninguna perspectiva de reconciliación. Mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y chanchos el esposo sarcásticamente preguntó:
-¿Familiares tuyos querida?
-Sí… ¡¡mis suegros!!…
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Un matrimonio estaba conversando:
-Amor mío, ¿creés en el amor a primera vista?…
-Lógico, si te hubiera mirado dos veces no me habría casado con vos…
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-¿Sabés querida? Cuando hablas me recuerdas al mar…
-¡¡Qué bonito!!!… No sabía que te impresionara tanto…
-No me impresionas… ¡¡me mareas!!
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El marido le pregunta a su mujer:
-Querida… cuando me muera ¿vas a llorar mucho?
-Claro, ya sabés que lloro por cualquier estupidez…
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Era verano y hacía mucho calor. El marido sale del baño y le dice a su mujer:
-Hace mucho calor y tengo que cortar el césped… ¿Qué pensás que dirán los vecinos si salgo desnudo?
La mujer lo mira y responde:
-Que probablemente me casé con vos por tu dinero…
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Dos hombres que se movían muy apurados en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan.

-Perdone usted… es que busco a mi señora…
-Qué coincidencia, yo también… ¡¡y ya estoy desesperado!!!
-Bueno tal vez le pueda ayudar… ¿cómo es su señora?
-Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un traste precioso… en fin, muy bonita… ¿y la suya?
-Olvídese de la mía, ¡¡¡vamos a buscar la suya!!!
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¡Con humor la vida es tan hermosa!
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sábado, 10 de octubre de 2009

Caza de brujas

Cada vez que se escucha la frase de "caza (y posterior matanza, claro) de brujas" viene a la cabeza la imagen de la cofia, el vestido negro, el delantalcito y la santa inquisición (así, con minúsculas). Bien, caza de brujas de los pueblos originarios también hubo, tan crueles como implacables, ya que quienes ejercían ese derecho eran los españoles. Luego la cadena empezó a armarse y no cesó tiempo más tarde, llegaron a acusarse entre familias, entre las hechiceras de tribus vecinas pues, quién no aprecia su pellejo. Quizás eludir el tormento, sino evitar que fuera largo.
Lorenzo Deus cuenta:
...Esta hoguera se preparó entre dos árboles de cuyas ramas las descolgaron con unas sogas, atadas de la cintura y las dejaron caer sobre las llamas del fuego. Era un espectáculo desagradable y horroroso ver aquel cuadro espantoso. Las brujas saltaban en todas direcciones como pruebistas en los trapecios cuando fueron puestas en las llamas de la hoguera, hasta que se cortaron las sogas con el fuego y cayeron en las brasas donde se carbonizaron.
Che, no se espanten, que no porque no se lea, no pasó. El ñandú es el que esconde la cabeza, nosotros no tenemos cómo porque sencillamente, no se debe hacer. Claro que algunas zafaban aún cuando fueran torturadas, por ej. Pedro Andrés García en su viaje a Salinas Grandes dio amparo a una india que, después de ser arrastrada con un dogal al cuello, fue abandonada en el campo y durante quince días se alimentó de hierbas y huevos de aveztruz.
Una "bruja" en la tribu tehuclehe de Kanquel, fueron apuñalados y quemados sus pies para que no pudiese andar y llevar maleficios a otras personas después de muerta (tampoco viva se me hace, ¿no?),  la acusación fue la muerte del hijo del cacique que fue por tuberculosis en realidad.
Me vino a la memoria un libro que leí hace unos años y que aún da vueltas en la biblioteca de mi casa, Mujeres indígenas de la pampa y la Patagonia, de Norma Sosa; de allí extraigo este pequeño fragmento de vida de las pehuenches.

No toda la caza de brujas la hizo la inquisición como siempre nos vendió jólligud.
Hay muchos relatos todos documentados de la vida de valerosas mujeres que habitaron este suelo antes de la llegada de los "blancos". Algunas sabían de antemano que si sus maridos morían, ellas también debían estar en la tumba, dentro de ellas aunque estuvieran vivas, pero muchos eran buenitos y les daban un lindo piedrazo en la cabeza como para atontarlas y que no hicieran "barullo" cuando les tocaba acompañar al marido en su tránsito final.
Pienso que, menos mal que no me tocó, pienso que... menos mal que vivo en un tiempo en el que puedo levantar la voz sin riesgo a que me corten la lengua.
No estamos en el paraíso, pero tenemos herramientas y ganas.


miércoles, 7 de octubre de 2009

El Primitivo...

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Descubriendo al Testosterón*

¿Cuándo fue que a un hombre se le ocurrió que debía doblegar a las mujeres con su fuerza bruta y a puro golpe?
Entrecerrando los ojitos y apoyando el dedo índice en nuestro mentón, podremos arribar a la conclusión del momento exacto. Sin margen de error diremos: en la época de las cavernas.


Desde entonces, pocas cosas han cambiado: internet, los peinados, la instrucción secundaria y terciaria y las pilchas, pero la frustración primitiva que todo golpeador lleva dentro, sigue siendo la misma.


No hay otra conclusión al respecto ¿o creen que sí?

Pasaron muchos años y más de un cerebro masculino regado por excesos de testosterona, sigue creyendo que puede insistir sobre la cuestión, como si fuera un derecho adquirido.

Vivir a los golpes es tan correcto para algunos, que nadie lo pone en dudas.
Horror.
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Estos encantadores personajes suelen escudarse en que “fueron sacados de quicio” -o de sus casillas- por sus parejas y, como excusa válida ante la anatomía amoratada de una mujer, sienten que han hecho lo correcto.


Siglos de justificaciones por parte de otros testosterones -los responsables de la ley-, se lavan las manos ante la responsabilidad de que muchas mujeres pierdan la vida bajo un puño o un arma.


No quiero pintar bajón, pero además, ya va siendo hora de que la ceguera que muchas mujeres creen que es amor, les permita vislumbrar con suficiente anticipación, que al casarse con determinados hombres se está firmando una posible sentencia de muerte.

Dejar pasar señales claras que emite un violento, es negar la felicidad.

Esta realidad sigue sumando dolores privados.

El miedo, sumido en el silencio, pide justicia ante tantos zafios.

Ante tanto frustrado sin valores.
Ante tanta estupidez.




PD 1: zafio: tosco, grosero, bruto.

Debí usar esta palabra para evitar decir “hijo de recontra mil putas”.


PD 2:*Testosterón: neologismo que inventé para hablar de algunos hombres de ahora en adelante.

PD 3: Este post nació cuando en el diario del 29/09/09, leí la información: un hombre mató con varias puñaladas a su ex esposa, delante de sus hijos de 6 y 7 años.
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lunes, 5 de octubre de 2009

Avisos para un trabajo como cualquier otro

"Es un trabajo como cualquier otro".

Es lo que suele decir mucha gente cuando se habla de prostitución.

Más allá del respeto que me merecen las trabajadoras del sexo, a la gente que dice eso suelo responderle "porque no lo tiene que hacer tu hija, o porque no tenés que hacerlo vos".

En España hay un debate que, por alguna razón, acá casi no llega: al mismo tiempo que se publican noticias sobre trata de personas, las páginas del diario rebosan de avisos con oferta de sexo. "Chicas chinas. 18 años. Muy dulces..." (extraigo uno de los que transcribió Página|12 el domingo 20 de septiembre).
La nota completa (muy interesante) está acá.

Allí se incluye también la opinión de Ana María de Miguel, profesora de Filosofía Moral y Política de la Universidad del Rey Juan Carlos de Madrid y feminista:

"Yo, cuando veo a las adolescentes de los países del Este y africanas por las calles de mi ciudad, siento el impulso moral de castigar pública y penalmente a los puteros. Pero creo que la prioridad es luchar contra la idealización que se hace del mundo de la prostitución desde muchos medios y desgraciadamente casi siempre desde el cine, las series... y casi siempre los hombres, que son juez y parte en este asunto. La prostitución no es la vida alegre, la mayoría de las prostitutas siente asco por los que les pagan, por más que tengan que fingir lo contrario. Creo que hay que hacer como con la violencia, denunciarla continuamente, interpelar a los varones..."




"El otro día en la tele salía una mujer africana y le preguntaban '¿por qué te prostituyes?'. No sabía español. Contestó: 'Yo, mamadas, cinco euros'. No sabía decir más'".

"Si nos importa algo dejar un mundo mejor a nuestras hijas e hijos, a las generaciones futuras, no podemos mandarles el mensaje de que (la prostitución) es un trabajo más. No podemos legarles una sociedad en que los profesores, al hablarles de las salidas profesionales, les digan a las chicas 'Y vosotras también, ya sabéis que siempre podéis ser putas. Las jóvenes como vosotras siempre tenéis muchas oportunidades en esta profesión'".

Eva Giberti, psicoanalista argentina, en la edición del 23 de septiembre del mismo diario, dice

"El cliente es violador".

"Muchos avisos de oferta de sexo dicen 'colegialas', 'chiquitas'. Aunque en la realidad no sean menores de edad, instalan simbólicamente en el imaginario que es aceptable y recomendable que un adulto tenga sexo con una niña. Se sabe que es 'mercadería' buscada porque garantizan el buen estado de salud genital, sexual. Es inducción al delito".

Algunos diarios, a todo esto, juntan con pala el beneficio económico de publicar estos avisos, a sabiendas de lo que gran parte de ellos implica: secuestro, esclavitud, trata de menores.

¿No sería hora de repensar estas cuestiones? ¿Vos qué pensás? ¿Dejarías de comprar tu diario o escribirías una carta de lectores solicitando que estos avisos dejen de publicarse? ¿Pensás que la prostitución es un trabajo como cualquier otro?

Obviamente, el tema no se soluciona dejando de publicar la oferta. Ya sabemos que va a seguir existiendo, pero sería interesante que los medios dejaran de ser cómplices de algunos delitos aberrantes.

Dejaron de publicarse avisos publicitarios de cigarrillos, porque el tabaco hace mal a la salud (esta es otra de las cosas que resalta Ana María de Miguel [Oh, ¡qué cosa! Jamás se me había ocurrido pensar en eso, ¿por qué será?]). Sin embargo, la oferta de sexo es escasamente cuestionada. ¿Será que no implica un daño para nadie?

sábado, 3 de octubre de 2009

Tu abuelita en cola less

Era una muletilla de mis épocas de secundaria (ignoro si aún se usa, acá no la escuché nunca...acá Nqn.), tan ofensiva que te daban ganas te trompear a quien te lo decía, además de ponerte un parate a tu imaginación y lo cómicamente aberrante de la imagen de "tu abuelita en cola less".
Cuando mis hijas eran pequeñas y me veían tejer, coser o hacer una torta preguntaban "¿quién te enseñó mami?" y yo contestaba que...mi abuela, mi mamá o alguna tía según fuera el caso, pero la mayoría de esas cosas me las había enseñado mi abuela con la que pasé la mayor parte de mi vida.
En una de mis pasadas por mi kiosco de revistas favorito, vomita de libros y revistas podría revolcarme en ese lugar tranquilamente, me cayó la ficha, se me iluminó el melón, entendí todo..."cocina rápida", "costura paso a paso", "empieze a tejer crochet" revistas con recetas y consejos femeninos existen desde hace muchos años, pero desde hace unos diez más o menos hay un auge que no cesa, que crece...los fascículos.
Vorágine contemporánea, absorbidos por completo por el sistema, corriendo para pagar las tarjetas de crédito, la juventud debe conservarse a como de lugar, el límite de estar buena ya no lo marcan los cuarenta años ( y está fantástico que sea así), si hace quince años me hubieran dicho que podría ver y charlar con alguien en tiempo real con una persona al otro lado del planeta el "Cosmos 1999" hubiera quedado un poroto.
Charlando por ahí, viendo, ocservando caigo en la cuenta de que son necesarias, que las cosas que antes te enseñaba "la abuelita" tenés que aprenderlo en las revistas, pasa que...la abuelita está en el gimnasio, en el spa, de fin de semana con su novio nuevo o en el chópin comprándose tangas.

jueves, 1 de octubre de 2009

Has recorrido un largo camino muchacha...

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Cuando era niña solía escuchar esas conversaciones de señoras en las que decían: “-Cuando me casé, dejé de trabajar… ¡¡MI MARIDO no quería que trabajara más!!
Lo extraño en esa afirmación, era el tono de orgullo con el que entonaban la frase…

A partir de entonces supe que me interesaría decodificar lo que ese mensaje –y todo similar- podía significar, pues aún hoy sigue socavando a muchas mentes femeninas.
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Las señoras de entonces –mediados del Siglo XX-, se hinchaban de orgullo al referirse a la orden de sus maridos, como si en eso se encontrara el paraíso; negando una realidad aceptada de la época: el casamiento las transformaba -en la mayoría de los casos- en servicio doméstico con cama adentro… sin sueldo.
Salvo que el marido en suerte, fuera un señor con una economía acomodada, pero ese, es otro tema.

Entender que eran mujeres criadas por otras mujeres que a su vez habían sido criadas para… ¡¡servir al hombre!!, era la pauta establecida. El matrimonio debía ser el fin último, la meta cumplida y la razón de la existencia.


Limpiar, fregar, tener hijos, lustrar, lavar, tener hijos, planchar, cocinar, tener hijos, hacer las compras, ordenar, tener hijos… Tareas sin descanso, ni feriados ni domingos.

El inicio de la condena se daba con la firma ilusionada en el registro civil. Una sentencia tácita de un futuro a trabajos forzados; la que a su vez desde sus tatara abuelas era bien vista: estas eran las obligaciones que te llevarían irremediablemente a la felicidad.

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Es así que tras varios años de matrimonio la esposa tenía deseos de pedir asilo en Moldavia. Pero no se lo confesaba a nadie. Esto era traducido en un llanto solitario para cuando el marido e hijos estaban ausentes de la casa.

Según parece por aquellos años, muchas “esposas” habrían comenzado a consumir psicofármacos –recetados por médicos que a su vez también tenían esposas consumidoras de psicofármacos o alcohol-, medicación que les habría servido para escapar de esa realidad.

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Dejando de lado que el mercado vio en tanta frustración el espacio ideal para una fuente de ingresos, en éstas mujeres se encontró a la consumidora de novelas y de todo producto que garantizara “¡¡la felicidad de una ama de casa!!”
¿De dónde creen que viene la costumbre del día de la madre?: exacto, para cuando a un par de vivos se les ocurrió que expiar culpas mediante obsequios, mitigaría el sufrimiento a tantas generaciones de mujeres abnegadas por obligación.


Con esas perspectivas, existían algunas que se animaban a hablar de logros y deseos personales y la posibilidad de desarrollar vocaciones, dejando de lado trapos de piso o mamaderas.
Pero no solo el entorno condenaba estas posturas, ya que intentar hablar sobre carreras universitarias en lugar de elegir candidatos aptos para el altar ¡¡era terrible!!
Y ni mencionar la palabra divorcio, eso ya significaba ¡¡la pena capital!!



Podría decir que Simone de Beauvoir para esos momentos, fue quien levantó su voz para que las mujeres fueran escuchadas y tuvieran otros espacios. Para que no fueran postergadas. Para que la materia gris femenina no se desperdiciara o quemara por los vapores de los productos de limpieza…

Hoy, apenas a media distancia de esas féminas al servicio exclusivo del marido -hombres que seguramente se daban el lujo de tener amantes, salidas divertidas con amigos y profesiones venturosas-, podemos decir: aún nos queda un largo camino muchachas…


Acá estamos, buscando el equilibrio que se aproxime a lo que cada una realmente desea. Muchas compartimos el trapo de piso con logros profesionales; reuniones de padres en el colegio de nuestros hijos. Llevamos vidas sin pareja o al lado de hombres que al menos entienden que las obligaciones se comparten (¡¡eso quiero imaginar!!).
Más allá que nuestra vida actual tenga obligaciones y cargas, sabemos que al menos, podemos alzar nuestra voz para pautar nuestras obligaciones y marcar nuestras necesidades.

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